En el conocido versículo de Corintios 2:14, el apóstol Pablo escribe: "Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente". Esta célebre cita paulina nos acerca la conocida distinción entre el llamado ser humano natural y el ser humano infundido espiritualmente. La diferencia es una cuestión de profundidad y de alcance en la percepción, y aunque el ser humano ordinario, o sin inspiración, es capaz de percibir cosas materiales o intelectuales, no tiene el poder para percibir cosas que van más allá de las limitaciones naturales propias de los ojos del cuerpo y de la mente. Como reza el aforismo, “las cosas espirituales se disciernen espiritualmente”. La persona espiritual lo sabe; pero aquella carente de visión profunda no sólo no lo sabe, sino que no puede saberlo. Es por eso que en la canción “Whitin You, Without You” (1967), George Harrison expresa que “(…) Cuando hayas visto más allá de ti mismo, entonces quizás encuentres la paz mental, te está esperando..." ("When you´ve seen beyond yourself, then you may find peace of mind is waiting there"). La sugerencia es clara: hay que aprender a mirar "más allá de uno mismo" (y del sentido común personal atado al ego) para empezar a desarrollar cierta percepción espiritual.
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