En términos de la alquimia «neidan», podemos decir que la sublimación, considerada una vivencia cumbre dentro del taoísmo, se lleva a cabo de varias maneras en lo que concierne a la metodología taoísta.
Por ejemplo, uno de los modos más simples de sublimación se consigue a través del ahondamiento de la “conexión” con Tao. Porque, cuando esta conexión es genuinamente sentida, concientizada, cuando es profundizada y desarrollada, provoca una de las transformaciones substanciales primarias más básicas, aunque, la más contundente y esencial pregonada por esta corriente.
La conexión, por sí misma, es reparadora, sanadora, trae bendiciones a quienes la experimentan, y es fuente de dicha y completitud cuando se mantiene activo este enlace esencial.
Por supuesto, la conexión no es algo que vaya a suceder por el mero deseo de probar de qué se trata, como tampoco, nadie puede proporcionarla desde afuera ya que tan sólo se establece cuando cada quien enciende su receptor interno a conciencia, de manera sintonizada con el estado de presencia.
Correspondiendo con esto, la filosofía taoísta facilita una serie de herramientas, teóricas y prácticas, con el propósito de que toda persona pueda consolidar esta sublime conexión y estado de conexión con la existencia y beneficiarse de sus prodigios.
Precisamente, el tratado del Tao-Te-King está orientado a explicar el “poder” que subyace en este estado supremo de conexión con la existencia, comprendido dentro del contexto de los siguientes términos:
TE: Poder-Fuerza - 德.
TAO: Camino-Sentido - 道.
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