La mirada atenta a este hermoso cortometraje de Joanne Smithies, Eric De Melo Bueno y compañeros, me recordó, inmediatamente, a aquel cuento zen que relata que un samurái llamado Nobushigé acudio al gran maestro Hakuín y le preguntó: "¿Existen realmente un paraíso y un infierno?". Ante esta pregunta, Hakuín preguntó: "¿Quién eres tú?". "Un Samurai", respondió el otro. "Tú, un guerrero?", exclamó Hakuín. "¡No me hagas reír! ¿Qué clase de señor te admitiría en su guardia?" Tienes aspecto de mendigo". Nobushigé se encolerizó tanto que echó mano a su espada, pero Hakuín continuó: "¡Con que tienes un arma! Esa espada probablemente sea demasiado roma hasta para cortarme la cabeza". Nobushigé, ciego de furia, levantó la espada. Hakuín observó: "Aquí se abren las puertas del infierno". Ante estas palabras, el samurái se detuvo, y comprendiendo la enseñanza y la disciplina de Hakuín, envainó la espada con calma y reverenció al maestro. "Aquí se abren las puertas del paraíso", dijo Hakuín.
Si no han tenido oportunidad de conocer esta pequeña pieza de arte de ocho minutos, ¡que la disfruten! Gracias a mi querida amiga Romina López por hacérmela conocer.
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