"La vida tiene secretos insondables. El saber humano está borrado de los archivos del mundo antes de que hayamos arrancado a un mosquito su último secreto ... Científicamente, la naturaleza es un enigma sin solución definitiva para la curiosidad del hombre".
(...)
"Qué duda cabe que esto que hemos dado en llamar existencia, y que en el caso particular de nuestro mundo (es decir, planeta tierra) se expresa en forma de vida, tiene toda la apariencia de un ensayo. Un ensayo perpetuo, compuesto a su vez de multitud de ensayos continuamente evolucionando, imparables, incontenibles, como una reacción en cadena de existencia que quisiera experimentar todas las formas posibles en que el ser puede mostrarse bajo unas condiciones determinadas (atmósfera, presión, gravedad, elementos químicos constitutivos, leyes físicas que los interrelacionan, etc.). No sabemos, por más que barruntemos su muy probable posibilidad, si hay otras manifestaciones vitales en el universo; pero, de haberlas, es muy posible que no se diferencien mucho de lo que aquí conocemos. La existencia parece no haber tenido un origen, y parece no ir tras ningún fin. Simplemente, es. Esta concepción sería la que, a mi entender, ofrece una más plausible explicación, y dotaría al concepto de "Dios" de su más sublime significación: Dios es todo, Dios es Uno, por eso es Dios, sino, sería a lo sumo un dios. Y es en este Dios Uno que lo abarca todo, que lo contiene todo y que nada deja afuera, pues que nada existe fuera de él, donde tiene lugar ese bullir constante e infinito que es la existencia, y, en ella, todos los seres que no son sino particulares manifestacionbes de Su Ser. Atanor por tanto de su propia digestión, en su seno tienen lugar todas las maravillas, y también toda la sordidez de los experimentos fallidos, si es que algo puede considerarse fallido (pues todo es necesario, incluido el error o el lujo gratuito). No pudiendo ser Dios otra cosa que lo que es, parece como si se esforzara en demostrárselo a sí mismo ensayando sin fin la posibilidad de todo cuanto puede ser, su carácter infinito está impreso en este afán inagotable de evolución y adaptación constantes que su mismo proceso existencial recrea a cada paso.
.....Nuestra mente limitada nos limita, y tendemos a concebir lo que existe según nuestra inteligencia, que al estar sometida a los límites de su imperfección (
naturaleza singular), será, por tanto falible, corta, parcial, para elucidar lo que la supera. Por eso nos viene bien la observación atenta de lo que acaece a nuestro alrededor y percibir ahí, donde no parece haber sino cotidianeidad, el sello infinito de
Dios, esforzándose en crear maravillas y asombro.
Maurice Maeterlinck
.....¿Es la conciencia del hombre la única que se hace preguntas, que se cuestiona, que tiene noción de su mismidad en relación a todo lo demás? Al fin y al cabo si hay un sentimiento común a toda la especie a cerca de lo que la vida es y representa (memoria, afectos, inquietudes, etc.), ¿no ha de haberlo matizado en cada individuo? Cada individuo reacciona de una manera determinada a un estímulo, ofrece una respuesta al cambio necesario para adaptarse a lo que ese estímulo demanda (el cambio de escenario, de condiciones). La comunidad de individuos acabará por adoptar la respuesta individual más ventajosa, la más eficaz, la más útil para la mayoría. Así se ha construido la civilización humana, sus culturas diversas, su evolución.
.....Es, la evolución, una adaptación feliz y exitosa de los seres a los cambios externos e internos que el propio devenir de la existencia va suscitando. Es la forma en que la naturaleza avanza en su infinito devenir, nunca idénticamente repetitivo, siempre experimental y posibilista"
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Maurice Maeterlinck, "La inteligencia de las flores"