Aferrarse al troquelado simbólico
innombrable, intangible, intemporal
donde se enciende la membrana de loto
y se disuelven las paradojas vivientes.
Celebrar la victoria, que viste un tejido asombrado
que florece.
Regresar al origen es señal de reposo
su aurora, incesante, se revela
en el fondo del suave misterio,
y se eriza implacable por
el mandala eléctrico y sutil.
Poesía: Vagabundo del Tao (Juan Manuel Otero Barrigón)
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